
Chinese company Cambricon reached record profits in the first half of the year thanks to rising demand for locally made AI chips. Big firms like ByteDance and Tencent, following government guidance, are moving away from Nvidia processors and choosing domestic options instead. This shift helped Cambricon turn past losses into strong profits, multiply its revenues, and double its share price in just a short time. The boom reflects Beijing’s push to cut reliance on US technology and build its own semiconductor ecosystem.
Although Cambricon is much smaller than Huawei, it is gaining ground as an important competitor. Its market share is still limited, but the company has improved its software to make AI models easier to run on its chips and plans new investments to expand production. Analysts say that, with China’s AI market growing fast and restrictions on Nvidia in place, Cambricon stands out as a solid alternative to drive local development and strengthen the country’s position in the global AI race. Condensed from China AI edict lifts profits at Cambricon to record high. By Eleanor Olcott and Ryan McMorrow ( Beijing ) Financial Times, Thursday 28 August, 2025. Page
Para que no queden dudas, la empresa china Cambricon alcanzó beneficios récord en la primera mitad del año gracias a la creciente demanda de chips nacionales para el uso de la inteligencia artificial. Compañías como ByteDance y Tencent, siguiendo las directrices del gobierno, están reemplazando los procesadores de Nvidia por alternativas locales. Esto permitió a Cambricon pasar de pérdidas a ganancias millonarias, multiplicar sus ingresos y duplicar el valor de sus acciones en poco tiempo. El crecimiento refleja la apuesta de Pekín por reducir la dependencia tecnológica de Estados Unidos y fortalecer su propio ecosistema de semiconductores.
Aunque Cambricon es pequeña en comparación con Huawei, se está posicionando como un competidor relevante. Su participación en el mercado aún es limitada, pero ha mejorado su software para facilitar el uso de modelos de IA en sus chips y planea nuevas inversiones para ampliar su capacidad. Los analistas consideran que, en medio de la expansión de la IA en China y las restricciones a Nvidia, la compañía representa una alternativa sólida para impulsar el desarrollo local y responder a la competencia internacional.

China plans to triple its production of artificial intelligence chips in 2025 with the opening of three new plants, giving a strong boost to Huawei and other companies in the sector. The goal is to reduce reliance on foreign processors, especially after the United States restricted exports from Nvidia. With these factories, China’s capacity could surpass the current output of its largest manufacturer, SMIC, and approach the most advanced levels of the global industry.
The push is also backed by the Chinese government, which sees AI as a strategic priority. Startups such as DeepSeek aim to establish their own standards, allowing the national industry to compete despite still lagging behind global leaders. The plan includes not only the development of advanced chips but also the integration of processors, memory, and software. Beijing is betting on building a complete ecosystem that will allow it to stay in the global race for dominance in artificial intelligence.
China planea triplicar la producción de chips de inteligencia artificial en 2025, con la apertura de tres nuevas plantas que darán un fuerte impulso a Huawei y a otras empresas del sector. El objetivo es reducir la dependencia de procesadores extranjeros, especialmente después de que Estados Unidos restringiera las exportaciones de Nvidia. Con estas fábricas, la capacidad china podría superar la producción actual de su mayor fabricante, SMIC, y acercarse a los niveles más avanzados de la industria global.
El impulso también está apoyado por el gobierno chino, que considera a la IA una prioridad estratégica. Empresas emergentes como DeepSeek buscan establecer estándares propios que permitan a la industria nacional competir pese a estar de momento detrás de los líderes mundiales. El plan contempla no solo el desarrollo de chips avanzados, sino también la integración entre los sectores de procesadores, memorias y software. Pekín apuesta por crear un ecosistema completo que le permita mantenerse en la carrera global por el dominio de la inteligencia artificial.

The leading U.S. tech companies —those in the Nasdaq 100 index, home to Apple, Microsoft and NVIDIA— saw their shares fall after results from two major chipmakers raised doubts about the true momentum of artificial intelligence. Marvell dropped 16% after reporting weaker-than-expected data-center revenue, prompting Bank of America to cut its rating. Nvidia, the world’s most valuable chip company, slid 3.3% after warning of uncertainty in China sales due to U.S. export restrictions. The decline pulled down the Philadelphia Semiconductor Index, which tracks the industry’s largest firms.
The picture suggests that while artificial intelligence moves billions and fuels huge expectations, actual revenues remain modest. According to Morgan Stanley, cloud giants such as Amazon, Microsoft and Google generated only $45 billion last year in direct AI income. Marvell, after surging in 2023, has lost more than 40% of its value this year and even canceled an investor event. Meanwhile, Alibaba said it is developing its own chip with state backing in a bid to challenge Nvidia. All this has stirred doubts over whether AI’s enthronement in daily life will be as decisive as once imagined.
Las principales empresas tecnológicas de EE.UU. —las del índice Nasdaq 100, donde figuran Apple, Microsoft o NVIDIA— vieron caer sus acciones después de que los resultados de dos grandes fabricantes de chips despertaran dudas sobre el verdadero impulso de la inteligencia artificial. Marvell perdió un 16% tras anunciar ingresos de centros de datos menores a lo esperado, lo que llevó a Bank of America a rebajar su calificación. Nvidia, la compañía de chips más valiosa del mundo, cayó un 3,3% al advertir sobre la incertidumbre en sus ventas en China por las restricciones de exportación de EE.UU. Este retroceso arrastró al índice de semiconductores de Filadelfia, que agrupa a los mayores fabricantes del sector.
El panorama muestra que, aunque la inteligencia artificial mueve miles de millones y despierta enormes expectativas, los ingresos reales siguen siendo modestos. Según Morgan Stanley, los gigantes de la nube como Amazon, Microsoft y Google apenas lograron 45.000 millones de dólares el año pasado en ingresos directos por IA. A esto se suma que Marvell, tras crecer con fuerza en 2023, ha perdido más del 40% de su valor en 2024 y hasta canceló un evento para accionistas. Mientras tanto, Alibaba anunció que prepara un chip propio con apoyo estatal, en un intento por competir con Nvidia. Todo esto ha suscitado dudas sobre si la entronización de la IA en la vida cotidiana será tan decisiva como se pensaba.

The sudden departure of several of Meta’s leading experts —the company led by Mark Zuckerberg whose portfolio includes Facebook, Instagram, WhatsApp, and Messenger— has cast doubt on its ambition to dominate the global field of artificial intelligence. In a short span of time, multiple researchers and scientists either walked away shortly after joining or chose not to start at all. A particularly striking case is Shengjia Zhao, co-creator of ChatGPT, who, soon after signing with Meta, threatened to return to OpenAI. The company had little choice but to grant him a prominent position in order to keep him. Even so, it failed to prevent the exits of Ethan Knight and Rishabh Agarwal, nor to quell uncertainty about the strength of its strategy at such a critical juncture.
Tensions with other major tech firms are also rising. According to Sam Altman, CEO of OpenAI, Meta has been attempting to lure developers with multimillion-dollar signing bonuses and exceptionally high salaries. Zuckerberg, already backed by influential collaborators such as Chris Cox, is seeking to reinforce his team with new figures like Alexandr Wang and Nat Friedman. Yet coexistence within such a vast company, managed in an invasive style, proves challenging. So far, they have been unable to agree on a realistic timeline for achieving what they call “superintelligence,” a goal that aspires to surpass human capabilities. These setbacks fuel skepticism over whether Meta can truly sustain its ambitious bid for artificial intelligence.
La espantada de varios de los principales expertos de Meta, —la compañía de Mark Zuckerberg cuyo portafolio incluye aplicaciones tan populares como Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger— pone en duda sus pretensiones de encabezar el dominio sobre el uso de la inteligencia artificial a nivel global. En muy poco tiempo, varios de los investigadores y científicos contratados decidieron marcharse de primeras. Otros ni siquiera empezaron. Un caso bastante llamativo es el de Shengjia Zhao, co-creador de ChatGPT, quien poco después de firmar con Meta amenazó con regresar a OpenAI. No le quedó otra a la empresa que otorgarle un cargo importante para poder retenerlo. Sin embargo no pudieron evitar la fuga de Ethan Knight y Rishabh Agarwal y tampoco la incertidumbre sobre la solidez de la estrategia de la compañía en momentos tan críticos como estos.
La tensión con otras grandes compañías aumenta porque, según Sam Altman, director de OpenAI, Meta estaría intentando atraer desarrolladores con ofertas millonarias en bonos de contratación y salarios muy altos. Zuckerberg, que ya cuenta con colaboradores importantes como Chris Cox, busca reforzar su equipo con figuras nuevas como Alexandr Wang y Nat Friedman. Sin embargo la convivencia dentro de una empresa tan grande y dirigida de una manera tan invasiva no resulta fácil. No logran acordar un plazo concreto y realista para llegar a lo que llaman 'superinteligencia', un objetivo que pretende rebasar las capacidades humanas. Estos tropiezos alimentan suspicacias sobre si Meta podrá mantener su ambiciosa apuesta por la inteligencia artificial.

What once seemed confined to the realm of science fiction is now part of today’s wars. Artificial intelligence already operates in the drones that hover over Ukraine, in the surveillance systems monitoring conflicts in the Middle East. These examples remind us that AI is not simply a technological breakthrough, but a powerful weapon in the arsenal of military power. Whoever advances faster in its development will claim the upper hand on the battlefield.
But what does it mean to hold the most formidable weapon? History offers an answer: the atomic bomb that forced Japan to surrender. To master artificial intelligence is also to impose a vision of the world. The data that nourish these machines are never neutral or pristine; they bear the imprint of human choice, carrying within them values, prejudices, and intent. The race for AI is therefore not only technological or economic—it is cultural, political, and profoundly human, with the future of society itself at stake.
Aunque lo parece, el uso de la IA en los conflictos armados, ya no es un recurso del cine de ciencia ficción. Ya está en uso en la guerra, en los drones en uso en Ucrania, en los sistemas de vigilancia aplicados al seguimiento de los conflictos del Oriente Medio. Estas aplicaciones muestran que la IA no es solo innovación tecnológica, sino una poderosa herramienta de poder militar. Quien logre desarrollarla con más rapidez tendrá ventaja en el campo de batalla.
¿Normalmente que implica tener el arma más formidable? Basta recordar que la bomba atómica forzó a Japón a la rendición incondicional. Controlar la inteligencia artificial significa también imponer una visión del mundo. Los datos con los que se entrenan las máquinas no son neutrales, ni objetivos, limpios o asépticos. En cada uno late la sombra de una decisión humana, con sus valores y prejuicios. Así, la lucha por liderar este sector es al mismo tiempo tecnológica, económica y cultural, una carrera donde lo que se disputa es el futuro mismo de la sociedad.