Giorgio Armani ha fallecido este 4 de septiembre de 2025 a los 91 años, según lo confirmó el Armani Group. Murió pacíficamente en su domicilio en Milán, rodeado de sus seres queridos, y permaneció ligado activamente a su trabajo hasta sus últimos días, dedicando su energía a las colecciones y proyectos en curso.

Su muerte no representa únicamente la desaparición física de un creador de renombre mundial. Cierra un régimen significante que transformó el modo en que el poder, la elegancia y el deseo se codifican en la cultura visual contemporánea. Su célebre traje desestructurado liberó al cuerpo de rigideces heredadas de la posguerra y estableció un lenguaje sobrio, atemporal y profundamente funcional. Con apenas una paleta de grises y beiges, consolidó el lujo discreto como mito moderno, un potente sistema de símbolos donde la autoridad se expresa sin estridencia —y la sensualidad sin ostentación.

Armani construyó un universo coherente —de la ropa a los perfumes, de la arquitectura de sus tiendas a la atmósfera de sus hoteles— que convirtió la marca en un discurso total de visualidad y estilo de vida.

Su legado estará asociado desde hoy, entre otros, a la perdurabilidad y vigencia de un minimalismo esmerado en un presente saturado de estímulos. La sobriedad y la consistencia estética que defendió adquieren una renovada fuerza frente al ruido de la moda actual.

Nadie es perfecto sin la sombra del error.

Su trayectoria también estuvo marcada por algunas controversias. Comentarios polémicos sobre la homosexualidad y el cuerpo femenino hasta acusaciones de evasión fiscal. Empañaron su imagen pública seguramente pero sumaron peldaños. Pese a ello, Armani se ha diferenciado del resto porque siempre fiel a su idea de que la moda debe servir a la persona y no al revés.

Igual Giorgio... nunca vestí nada con tu marca y no creo que lo haga en el futuro. No es nada personal. La ropa ya no me interesa sino para no estar desnudo. Trabajaste hasta el final y eso lo respeto. Fino a quando salgo… goditela.

Pequeño resumen biográfico .

Giorgio Armani (1934, Piacenza, Italia) fundó su propia casa en 1975 y transformó el vestir masculino y femenino con una estética parca, que opuso a los excesos de la moda de los setenta. Su revolucionario traje desestructurado, que eliminó las hombreras rígidas y formas forzadas, liberó el cuerpo y definió un nuevo paradigma de sofisticación. Armani conquistó Hollywood en los años ochenta vistiendo a estrellas en la alfombra roja y en películas icónicas como American Gigolo. Su imperio que va más allá de la ropa, con líneas de perfumes, mobiliario y hoteles, convirtiéndose en símbolo del diseño italiano y en motivo de inspiración por su constancia, visión empresarial y la claridad de su estilo inconfundible.

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