
La estatua de Colón realizada por Bertholdi, donada a la ciudad de Providence en 1893, fue retirada de la Plaza Colón el viernes 12 de junio de 2020, tras la recomendación del Comité Especial de Obras Conmemorativas. El monumento, objeto de controversias por el legado de violencia y explotación atribuido a Cristóbal Colón, permanece almacenado en buen estado mientras se determina su valoración y el destino final de los fondos que genere su posible venta.
Cada año, antes o después de la controvertida celebración del 12 de octubre, se disparan en toda la América de habla hispana encendidos debates sobre su legitimidad. En España es Día de Fiesta Nacional y además, el Día de la Hispanidad. En este continente se conmemora como el Día de la Raza en países como México y Argentina, aunque su enfoque tiende a renegar de las raíces españolas y centrarse en la exaltación de los pueblos indígenas. En Estados Unidos se celebra como el Día de Colón. Una ocasión ideal para ejercer la disidencia. Las pestes contra la evangelización de América comenzaron desde mediados del siglo XX con los movimientos de descolonización que surgen después de la Segunda Guerra Mundial. Con la independencia recién sacada del horno las excolonias se apresuraron a repensar y reescribir la historia desde una inédita perspectiva. Aunque la 'Patria Grande' llevaba ya más de medio siglo emancipada, el ajetreo repentino enardeció a las élites pensantes que vieron en la circunstancia una oportunidad de atraer la atención del populacho y luego, por supuesto, la de las élites políticas.
En Estados Unidos, con el justo movimiento por los derechos civiles de los 60s, el intelectual promedio, ocioso u oportunista —más allá de su regocijo por la digna inserción de los oprimidos en todos los estratos económicos y sociales— comenzó a recopilar frenéticamente historias de genocidio y desplazamiento perpetrados por la España diabólica.
Para 1992 —justo después de aquellos juegos olímpicos celebrados en la Barcelona a la que cantaron los descomunales Freddie Mercury y Montserrat Caballé—, los festejos por el 500 Aniversario del descubrimiento de América levantaron una polvareda que aún hoy no se ha desvanecido. En un momento en los que muchos estados celebraban el 'Encuentro de dos mundos,' otros tantos aprovecharon para reenfocar la efeméride. En 2002 Hugo Chávez la convirtió en el Día de la Resistencia Indígena. Evo Morales, cantó también los derechos de los pueblos originales. Las narrativas eurocéntricas fueron reemplazadas por estudios postcoloniales enfocados en la violencia, explotación y resistencia de estos pueblos.
Con el advenimiento de las redes sociales y la incorporación de millones de opinadores hipersensibles, el clamor se hizo ensordecedor. Desde entonces, cada año, octubre nos trae nuevos argumentos, casi todos refritos de este lamento letárgico que aunque tiene por supuesto mucho de legítimo, casi siempre tiende a amplificar los ecos de la leyenda negra lanzada por los anglosajones en las postrimerías del Renacimiento.
Es cierto que la colonización resultó en un genocidio masivo de las poblaciones indígenas. Millones murieron debido a las guerras, a las enfermedades traídas por los europeos (la viruela), y a las condiciones inhumanas de esclavitud y explotación. Pero lo que se pretende es ver esta celebración exclusivamente como la glorificación del sufrimiento y la destrucción de civilizaciones enteras, como la azteca, la inca y la taína, entre otras.
Este año, de un día para otro, la mayoría de los diarios más importantes del planeta se hicieron eco de una oscura noticia que a día de hoy nadie puede dar por confirmada. Resulta que Colón no era genovés, sino español y a su vez, judío converso.
Los titulares de los diarios anglosajones —faltaba más— dieron por cierto que Colón no fue ni italiano ni cristiano. Toda la barahúnda empezó con el documental Colón ADN, emitido hace pocos días por la Televisión Española.

Colón ADN: Su verdadero origen es un documental producido por RTVE, Story Producciones y la Universidad de Granada que propone reescribir la historia universal al explorar, mediante estudios genéticos, el auténtico linaje de Cristóbal Colón. Narrado por Cristóbal Colón de Carvajal, descendiente directo del navegante, el filme combina investigación científica y relato histórico para arrojar nueva luz sobre el enigmático origen del llamado descubridor de América, confrontando mitos, tradiciones y datos reveladores.
El documental afirma que el navegante prevenía de una familia de tejedores del sur de España; que no comía jamón de bellota. Los especialistas dudan y recelan porque todo parece más un show mediático que algo serio. El hecho es que los restos en cuestión han estado bajo la custodia de una sola persona, el forense José Antonio Lorente, desde 2003. Nadie más ha tenido acceso a ellos. Lorente no ha publicado un solo análisis desde la exhumación de los restos, hace ya 20 años. No hay nada, ni una sola evidencia contrastable. Pero el director del documental, Regis Francisco López, afirma que, tras estas revelaciones, la historia 'debe ser reescrita'. Las plataformas de manipulación mediática no tardaron un segundo en ponerse en marcha.
Sin embargo, la comunidad científica permanece impasible. De hecho, cuando abrieron la urna sellada donde se conservaban la supuesta osamenta, en lugar de encontrar al almirante petrificado con un documento de Identidad en la mano, encontraron 150 gramos de polvo de hueso y unos pocos fragmentos, el mayor de los cuáles tenía 4 centímetros. Para tener una idea, una lata de sardinas tiene entre 100 y 120 gramos como promedio. Además, entre los restos estaban también los de su presunto hermano Diego y los de su hijo Fernando.
¿Qué sentido tiene entonces este barullo? ¿A dónde se pretende llegar? Se entiende que el forense, el director del documental y el que puso la pasta para producirlo, tengan algún interés en ello. Lo que no es tan obvio es él por qué de la masiva réplica en la prensa mundial. He encontrado la noticia en The Guardian, The Times, The Washington Post, The New York Times, El Nuevo Herald y por supuesto en todos los periódicos y medios españoles. ¿Tanta tinta por una suposición no verificada? ¿Era o no era cristiano? Y si fue judío, ¿Que pedacito de la historia necesita ser reescrito? No es como que la Navidad se pasa para el día 27, —lo que sí hizo Nicolás Maduro, que la adelantó para el 1ero. de octubre.
La algarabía pudiera tener otras causas menos obvias. Puede estar influido por la leyenda negra que Inglaterra y los países bajos vienen difundiendo desde el siglo XVI. Relato que no amaina ni mucho menos y poco notable quizás, por el hábito y la repetición, pero que sigue, sostenido por una inercia que nadie se molesta en contrarrestar. ¿O será que el mundo está aburrido, que no hay futbol de clubes y la audiencia está cansada del humo de proyectil? Valdría la pena pensarlo un poco, porque en efecto, el futbol de selecciones es agotador y hasta el pan de Tartine Bakery cansa. Y por otro lado, ¿es cierto que el cachumbambé de la hispanidad está tan clavado en el otro extremo?

El científico forense José Antonio Lorente, en una imagen proporcionada por la productora del documental Colón ADN.








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