
Desde los 12 años he lidiado con el acné. Mi piel ha sufrido brotes constantes, hiperpigmentación, enrojecimiento y cicatrices. Me siento motivada e inspirada a encontrar soluciones no solo para mí, sino también para quienes comparten estos desafíos y buscan maneras efectivas y humanas de sanar y sentirse seguros en su propia piel.
Hace apenas unas semanas la joven actriz Lili Reinhart, promotora también de la salud mental, lanzó su propia línea de cuidado de la piel llamada Personal Day. La marca está diseñada para personas con piel sensible y propensa al acné. Sus productos son solidarios, veganos y libres de crueldad animal.
Reinhart es relativamente conocida por encarnar a Betty Cooper, uno de los personajes principales de Riverdale, una serie de televisión estadounidense producida por Warner Bros. Television y CBS Studios que se emitió desde enero de 2017 hasta de agosto de 2023. Disponible en Netflix para quien no pueda resistir la curiosidad. El personaje es inteligente, empático y decidido, pero también tiene su lado oscuro. Caso muy inusual en una adolescente, tiene una relación complicada con sus padres. A lo largo de las siete temporadas, Betty evoluciona de ser una estudiante secundaria idealista y dulce a una mujer salada, madura, marcada por las experiencias traumáticas y los secretos oscuros de Riverdale. Su crecimiento personal incluye enfrentarse a sus miedos, redefinir su identidad y buscar un equilibrio entre su lado bueno y su lado oscuro. Algunos críticos manifestaron que no lo consigue.
Cuenta Lili —no se le nota nada— que padeció de acné juvenil y que se sintió muy mal. Vean a donde la arrastró el complejo. PRESENTÓ, como les dije, un montón de pomitos verdes cuyo contenido promete borrar en pocas décadas todo rastro de la odiosa afectación cutánea. Durante el lanzamiento, Reinhart compartió sus experiencias personales y enfatizó la importancia de sostener conversaciones abiertas para crear un ambiente asertivo para los adolescentes que enfrentan esta desgraciada condición.
La manera de abordar un asunto como este ha cambiado enormemente con el fenómeno de la corrección política. Quienes lo padecen son ya un sensible colectivo que como todos los otros, se ofende e indigna muchísimo por cualquier incomprensión o alusión, real o imaginaria. Por ello me sorprendió encontrar estos anuncios en una revista de moralidad dudosa. Aparecieron originalmente en Indonesia, en diciembre de 2015. Fueron encargados por la marca Mentholatum a la agencia Dentsu Sparks, de Jakarta. El director de arte, el indo-necio Yayan Heryanto creó la campaña 'Shame no more', con un éxito tal que llegó a publicar dos variantes. Tan 'singulares', que soy incapaz de decidir cuál es la que más me disgusta. Quiero hacer notar que para esta campaña fue contratado y muy bien pagado un fotógrafo llamado Rudi Cahyadi, muy amigo de Citra Rigiannisa y Achmad Reza Prayudi, managers de la cuenta. Como ven la fotografía resultó capital para la transmisión del mensaje.

Mentholatum. Shame no more!
Si esta campaña tuvo éxito o no, si Mentholatum la rompió o se fue a la bancarrota, es algo que pudiera ser significativo, pero no me interesa. Porque esos anuncios fueron impresos y una cantidad inimaginable de adolescentes cariñosamente apodados 'cara de pizza', 'cráter errante', 'siete volcanes' y 'campo minado', quedaron expuestos a su mensaje.
Estoy seguro de que Yayan el 'necio' se divirtió horrores haciendo los dibujitos. En la agencia lloraron de risa. Hasta el presidente de Mentholatum estuvo una tarde sin poder trancar la quijada. No sé cuáles son los estándares de calidad de la publicidad en Indonesia. Puede ser incluso que sea una sociedad tan divertida, tan entregada al jolgorio, tan dada a la burla, que estos ejemplos sean considerados como joyas de la comunicación.

Mentholatum. Shame no more!
De Indonesia se sabe que, como alguna isla del Caribe, tiene solo dos estaciones: la seca y la mojada. Que produce el café más caro del mundo, el kopi luwak, cuyos granos traga y defeca la graciosa civeta. Que da la flor más grande y apestosa del planeta, la Rafflesia arnoldii, conocida como 'flor cadáver', que puede alcanzar un metro de diámetro y tiene un olor así como penetrante. Entre sus mascotas predilectas está el dragón de Komodo y sus habitantes se comunican entre sí en más de 700 idiomas. Allí vive aun Yayan, el creativo que ideo esta campaña. Se dice que en paz con sus vecinos. Y poco más.






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