
Imagen tomada del Instagram de Ana de Armas. Fue publicada el 30 de noviembre de 2024. Díaz más tarde Mario Pentón —periodista multimedios de Martí Noticias——Comentó también en su cuenta personal de Instagram: Mientras millones de cubanos luchan para alimentar a sus hijos, Manuel Anido, hijastro de (…) Canel, gasta más de 12 mil euros estudiando en España.
Entro a X (antiguo Twitter) como a un coliseo romano. Para oler la sangre. Es la plataforma ideal para insultar al prójimo, a quién odiarás como a ti mismo. X conoce mis obsesiones: el Real Madrid, los Shih Tzu y la buena mesa. Sabe también que —sin que lo haya marcado como objeto de interés— me detengo ocasionalmente en los post sobre Cuba. Así que me regala una vez más la imagen de Ana de Armas asomando descaradamente sobre la ciudad de Miami. Ahora en un anuncio de Estée Lauder, una valla, según el autor del post 'en una carretera de Miami'. La frase me chirria, casi inaudita. Aquí se suele hablar de avenidas, calles, del expressway. Se nombran con azoro la I95, el Palmetto, el Turnpike. Se padecen la US1, la calle 8, esas.
El autor del tuit no puede creer que esté de nuevo ahi arriba, en lo alto — física y simbólicamente—, insultándonos a todos. Los comentarios son los que se podían esperar. Para todos los gustos. Desde los combativos, que proponen boicotear a Estée Lauder hasta los que dudan de que una multinacional de New York ceda ante un grupo de presión del sur de la Florida, cuya influencia se concentra sobre todo en la zona de Miami, Hialeah y Kendall... Este grupo es estrictamente cubano. Y sí, durante mucho tiempo fue posiblemente la comunidad con más peso político y económico de la zona.
Mi percepción es que ya no lo es. Han entrado hispanos de todas las nacionalidades y de todos los colores. Sobre todo mucho venezolano con dinero, emigrantes de clase media y alta. Desde Cuba, en cambio, aunque han seguido llegando por millones, ya no traen ni el dinero ni la clase que resulta de su división histórica. Desde hace décadas nuestras clases se dividen en gordos y flacos. Todos llegamos republicanos, anticomunistas radicales y repartiendo cristianas bendiciones.

Valla publicitaria de Estée Lauder en Miami. 38th St. facing I 195 dirección Miami Beach, at Miami Design District
Volviendo a la valla publicitaria, la que mandó el fax, se trata de una de Estée Lauder, una multinacional estadounidense de cosméticos, fundada en 1946 en Nueva York por Estée y su esposo, Joseph Lauder. Se especializa en productos de cuidado de la piel, maquillaje, perfume y cuidado del cabello. Su sede principal se encuentra en el General Motors Building en Midtown Manhattan. ¿Qué vende? Por ejemplo, Advanced Night Repair Synchronized Multi-Recovery Complex. Este suero facial anti edad tiene un precio de $85 (un frasquito de 1 onza, 30 ml); Double Wear Stay-in-Place Foundation, una base de maquillaje por cerca de $52 o Revitalizing Supreme+ Youth Power Creme, una crema hidratante, también anti edad disponible por $125. Son productos caros, no populares (de pueblo).
¿Cuál es su segmento meta? Primero que todos los otros y por supuesto!, el norteamericano de ingresos medios y altos. Luego, la China, donde la marca tiene el mayor índice de crecimiento, y ojo, país comunista y represivo. La marca ha concebido para ellos campañas muy específicas. Han contratado influencers locales y reventado WeChat y Tmall para enganchar a los chinitos de su clase media-alta. Tercero, Europa Occidental, fundamentalmente Francia, Alemania y el Reino Unido. Gente dispuesta a soltar el billete por calidad. En cuarto lugar, ' Voilà le gâteau', América Latina, en este orden, México, Brasil y Chile. Luego el Medio Oriente, Emiratos, árabes, gente que pagan bien por cualquier cosa. Y casi al final, no se bien por qué razón, Japón, Corea del Sur y Australia.
A Estée Lauder las rencillas políticas locales le importa un pepino. Le importa lo que nos importa a todos: el dinero. Si un futbolista es acusado de violación y resulta condenado... por muchos goles que marque, sale del negocio. Ha cometido un crimen, uno bien feo, uno que con el que la marca no quiere estar de ninguna manera asociada, porque es un delito sensible a todos los públicos, a ojos de todo el mundo. Pero cuando una señorita famosilla, mayor de edad, decide salir a pasear con perro y bolso del brazo de otro señorito vestido con ropa limpia.... a ojos del terrícola promedio, no ha cometido ningún crimen. Un enorme porciento del mundo no entiende, ni pierde su tiempo en entender, ni quiere que nadie lo distraiga con el dato de que ese pantalón lo paga la penuria de todo un pueblo. Es la desgraciada realidad.
Si intentas explicarle las implicaciones de este paseo a una joven y acomodada pareja de Manhattan, que ese es el 'bloody' hijastro del 'modafuca' te dirá —¿y ese quien é? ¿un rumberou, el que inventó el moujitto, un troumpettisto de sãlsa? Cosas que el yuma promedio asocia con Cuba. Los maduritos... porque lo frescos no saben que Cuba existe.
Que Hola haya atrapado a la Julieta con su alfa Romeo, una segunda vez, saliendo del Corte Inglés —que es cualquier cosa, no una boutique de lujos— deja una enseñanza: Ana pasa del revuelo que se ha montado y que seguro ya le contaron. El otro ha vivido casi toda su vida señalado. No le preocupan las consecuencias. Lo cuál a su vez, deja otra. La fortuna de Ana, le permitirá vivir sin trabajar, en su palacio, el resto de su vida, suponiendo que Estée Lauder, Louis Vuitton y Hollywood aprieten el botón del pánico y decidan cancelarla. Cosa improbable por dos realidades simultáneas. La cultura de la cancelación está en plena cancelación y las marcas de productos de alta gama no le prestan demasiada atención a los reclamos de comunidades de emigrantes cuyos ingresos promedios son más bien bajos y no gastan miles de dólares en bolsos.
Nos hemos creído durante mucho tiempo... desde Martí hasta Fidel Castro que Cuba era una especie de triángulo de las Bermudas político donde naufragaban grandes imperios. Ha sostenido una batalla con los Estados Unidos durante sesenta años y este con bombas de salitre y frentes fríos le ha destruido todas sus ciudades. Cuba se va disipando así como la influencia de sus comunidades. El siglo XXI nos ha pasado por encima, concentrados como estamos en sobrevivir, en pagar los bills, en buscar una libra de azúcar prieta, en el parole y el vaivén de los I220A, en el apagón y en la pregunta común: ¿hasta cuando es esto?
Desde mi punto de vista, no estamos para darle guerra a multinacionales del país del que queremos ser correctos ciudadanos. Blonde sigue en Netflix, no la han quitado, ni han lanzado un comunicado. No nos han pedido perdón. Y no lo van a hacer. En lo personal, sin embargo, me comprometo a lo siguiente: no voy a comprar nunca más en mi vida un bolso de Louis Vuitton de 5000 dolares. No compraré ningún producto de Estée Lauder y cuando Ana de Armas ruede la segunda parte de Blonde, no la voy a ver completa, solo por partes. Puede que deje de pagar Netflix si me veo muy apretado. Porque cuando llego a mi casa después de nueve horas en la pista lo que quiero es una buena pelea con el comunismo, mínimo hasta las dos o tres de la mañana en lo que se me enfría el churrasco.

Publicidad de Estee Lauder







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